El yoga se adapta a los nuevos tiempo y se generan diferentes espacios de práctica. En tiempos cuando el aislamiento y el cese de actividades impera en plena pandemia, mantenernos en movimiento y generar lazos de común unión, son las claves fundamentales para el acroyoga.

“El acroyoga es una disciplina física que desea acercar a las personas experiencias de movimiento enriquecedoras para el desarrollo pleno de cada una. Combina la sabiduría del yoga, el poder dinámico de las acrobacias y el arte sanador del masaje tailandés. Nuestras clases inician con dinámicas lúdicas, saludos al sol u otros ejercicios para acondicionar el cuerpo, luego sigue el trabajo principal con una secuencia de movimientos específicos de acroyoga tales como invertidas, pops, flows, figuras, etc. Y finalizan con un estiramiento muscular, individual o grupal, y masajes de relajación”, explica Sofía Rivera. profesora del grupo Acroyoga Tucumán.

En qué consiste

Combina el aspecto lúdico y el desafío físico de la acrobacia con la propuesta terapéutica del yoga tradicional.

Es una actividad grupal, que requiere de otras personas para poder practicarlo. Se practica en grupos y en pareja.

Existen tres roles básicos y necesarios: base, volante y cuidador, los cuales se realizan sin distinción de género u otras diferencias. En cada práctica, se alcanza, de manera progresiva fuerza, resistencia, flexibilidad y destrezas corporales.

BENEFICIOS.Se trabaja tanto la parte física, como la emocional y mental

Se fomenta en las clases que todos los alumnos tengan la experiencia de probar cada rol: base, volar y cuidar. Esto permite desarrollar diferentes destrezas físicas y, al mismo tiempo, generar una mirada empática hacia el otro.

Además se destina un espacio de la clase para crear un espacio para la famosa “jam” encuentro de acroyoguis que tiene la finalidad de jugar, explorar, compartir.

Se trabaja con un multi nivel, es decir que se conjugan los diferentes niveles al mismo tiempo en las clases.

Beneficios

El acroyoga es una disciplina completa que ofrece beneficios físicos y también a nivel emocional y mental.

-El desarrollo de fuerza, equilibrio, flexibilidad

-Conciencia corporal,

-Comunicación con otras personas. Es fundamental desarrollar la escucha, la comunicación y complicidad con quienes estamos practicando.

-Propicia aprendizajes basados en el respeto, el cuidado del otro y del propio cuerpo

-Se reconocen límites y deseos de cada persona.

-Tiene una pedagogía muy particular y divertida, porque impulsa a las personas al disfrute y aprendizaje por medio del juego, la conciencia corporal y el trabajo colectivo.

-Las actividades no tienen ningún carácter competitivo.

-Se apuesta al fortalecimiento de los vínculos grupales.

¿Todos pueden hacerlo?

Es una actividad que invita a a personas de diferentes edades, contexto y condiciones.“Todos pueden hacer acro yoga. Acá no importa tu peso, altura o color. Basta con que existan las ganas de aprender y jugar, ya que estamos en constante tacto con nuestro niño interior. Esta práctica avala la confianza en nosotras y las demás. Muchas veces escuchamos “yo no puedo porque soy..” acá todas podemos, si lo intentamos, y existen esas ganas de avanzar, seguro lo logramos. Sin limitaciones”, manifiesta Trinidad Figueredo. profesora de acroyoga.

En primera persona

Sofía practica acroyoga desde el año 2019. “Buscaba una actividad que me conectara más con mi cuerpo y me encontré con esta práctica desafiante y amorosa que me cambió la vida”, explica.

ACROBACIAS.En las prácticas de acroyoga se trabaja de manera grupal.

Por su parte Trinidad comenta que hace un año que practica la actividad gracias a la experiencia de una amiga. “Me terminé enamorando de la sabiduría del acroyoga y lo recomiendo por eso. No hay competencias, todo es aprendizaje, construimos una red diversidad, inclusión , respeto, confianza. La respuesta que entrega el cuerpo es increíble “, finaliza.